La de Luis es una historia de estrecheces. Durante los últimos seis meses, Luis (que pide figurar sin apellidos ni más datos) condujo 160 kilómetros diarios para trabajar 11 horas de sol a sol, comió en su coche y se mudó a un piso compartido en el que pagaba 300 euros mensuales. Se apretó el cinturón tanto que, asegura, no tenía “ni los 35 céntimos” que cuesta un café de máquina. “La mitad de los días comía arroz y fiambre de pavo de bolsa”, revela este profesor con dos carreras y un máster.
El suyo sería un testimonio más de la crisis que nos ha tocado vivir. La peculiaridad de Luis —que trabajó todo ese tiempo sin cobrar (“ya no tenía a quién pedir más dinero prestado”)—es que su empleo es la formación de parados, que ya son 623.300 en Madrid, tras el incremento del 8,77% en 2011. Y un apunte más: el dinero de su sueldo proviene directamente de las arcas de la Comunidad de Madrid, que lleva desde mayo sin abonar ni un euro a las empresas de formación de desempleados. Adeuda, según admite la Consejería de Economía y Hacienda, unos 50 millones en facturas.
omo Luis, había otros 5.000 trabajadores en una situación similar en 800 empresas hasta diciembre. “La plantilla se ha reducido a menos de la mitad desde entonces por los impagos”, señala un portavoz de la Asociación Madrileña de Empresas y Centros de Formación (Amacfor), que denunció la situación. El diputado socialista Antonio Carmona, que llevará una iniciativa a la Asamblea de Madrid, eleva a 100 millones la deuda por impagos de años anteriores. “La Comunidad de Madrid es el primer moroso de la región. A cualquier familia, a cualquier empresa madrileña se les exige pagar la cuota del banco pagar la factura de la luz y pagar los impuestos”, señala el diputado. “Sin embargo, la Comunidad no paga”.
Economía admite “un problema de pago”, según el citado portavoz, que lo achaca al cambio de ubicación del Servicio Regional de Empleo. En la reestructuración del Gobierno tras las últimas elecciones autonómicas de mayo, este servicio pasó a depender de la Consejería de Educación, junto con toda la cartera de Empleo. “Eso produjo un desfase y problemas técnicos que han demorado la situación”, según el portavoz de la Comunidad, que promete una reunión con los afectados “esta semana” para “establecer un calendario de pagos”. Carmona les acusa de “ocultar deuda” en forma de “facturas no pagadas y no contabilizadas como déficit”.
El formador Luis, que ahora duerme más tranquilo, se plantó y acudió a Magistratura hace unas semanas para denunciar los impagos. Le han abonado la mitad de lo que le deben. Desconfía de que le vuelvan a llamar en la empresa de formación tras su denuncia. “Me conformo con que la Comunidad se preocupe de si hemos desayunado o no, esto ha sido una infamia”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario